Noroña y el Electrolit

En esta semana, tenemos los dramones del Electrolit y de Noroña y sus viajes en avión privado, que resultó ser que era un taxi aéreo, muchos están que estallan con lo de la austeridad republicana, y cómo Fernández Noroña no la ejerce, primero con la compra de su casa y ahora con la renta del taxi aéreo, independientemente de si es un acto moral o no, como dijo el propio Fernández Noroña, puede comprarse la casa que quiera, porque ahorro para ello y él lo paga, con su sueldo, con su dinero. No toma dinero del erario, aunque algunos bufen que ese dinero que se le paga, proviene de los impuestos que todos aportamos; sin embargo, se les olvida que en el momento en Fernández Noroña cobra su sueldo, ese dinero ya es de él, y no somos nadie, para vigilar, criticar ni juzgar lo que hace con su dinero, bien ganado para algunos o mal ganado para otros. Ahora lo del aerotaxi, aunque él lo allá pagado con su dinero, es un poco inconsistente a los tiempos que vive la actual 4T, y él mismo, inmerso en críticas y ataques, de algunos voceros de la propia 4T, qué raro ¿no? Dos de la ex-corcholatas, han sufrido ataques mediáticos, 2 adversarios y quienes tienen el poder de detener las ideas locuaces de alguien, sufren de ataques… sospechoso, ¿no?

Y ya que estamos en el sospechosísmo, es muy sospechoso, que se haya destapado un ataque contra Electrolit, que muchos hemos tomado, algunos por enfermedad, algunos por cruda, algunos por darse un gusto, algunos por tener calor.

El querer imponerle impuestos al Electrolit, afecta directamente a los usuarios, y posteriormente a PiSA farmacéutica, con la que el gobierno de México tiene problemas de abasto de medicamentos.

Y no es por defender a Electrolit, pero hacer una campaña con los llamados influencers que son o se creen doctores, para desprestigiar Electrolit, es muy similar a lo que hacía el prianismo con la entonces oposición, similar a lo que hizo el Partido Verde con sus influencers en su intento de captar votos. Y lo peor es que se descubrió la campaña que estos disque influencers hicieron por $48 mil pesos (se rumora) y los mismos se quemaron ante su público por vendidos y lo peor que si fue una campaña pagada por el gobierno, el gobierno se quemará también. Y estos gastos no son parte de la austeridad republicana.

Y es que, Electrolit al ser catalogado como medicamento, no tiene los sellos de exceso de sodio o de azúcares, y no paga por estos sellos, como quiere la presidente, y pareciera una venganza contra la farmacéutica, la pregunta, es si hay problemas de desabasto (como expuso e hizo el dramón, nada fingido de Eduardo Clark) por qué no se procede legalmente contra está farmacéutica y contra las demás.

Creo que todos sabemos, cómo y cuánto tomar de Electrolit, o ¿estamos regresando a cuando el gobierno nos indica que hacer?

No se les olvide, este texto está plagado de opiniones, cuestionamientos personales, algunos hechos reales y chunga.

Gracias.

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