Tras seis días encarcelados sin defensa en el desierto israelí, las y los mexicanos fueron liberados y deportados. Esta mañana arribaron al AICM procedentes de Estambul, acompañados por el embajador Mauricio Escanero.
Las y los seis activistas mexicanos que fueron detenidos por el ejército de Israel mientras participaban en la Flotilla Global Sumud, una misión humanitaria con destino a Gaza, llegaron la mañana de este miércoles al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), después de haber permanecido seis días encarcelados sin proceso legal.
El grupo, conformado por Sol González Eguía, Ernesto Ledesma Arronte, Arlín Medrano Guzmán, Carlos Pérez Osorio, Diego Vázquez Galindo y Laura Alejandra Veléz Ruiz Gaitán, aterrizó antes de las 07:00 horas, a bordo de un vuelo comercial de Turkish Airlines, procedente de Estambul, acompañados por el embajador de México en Israel, Mauricio Escanero. Su llegada marca el cierre de un episodio diplomático que generó preocupación y solidaridad internacional.
Las y los activistas habían sido capturados en aguas territoriales palestinas por fuerzas israelíes durante el intento de la flotilla por romper el bloqueo a Gaza y entregar ayuda humanitaria. Posteriormente, fueron recluidos en la prisión de Ktziot, en pleno desierto del Néguev, donde permanecieron incomunicados durante varios días y solo recibieron tres breves visitas consulares antes de su deportación.
De acuerdo con reportes diplomáticos, la deportación fue impuesta sin asistencia legal, siguiendo el mismo procedimiento aplicado al resto de los más de 130 delegados internacionales que formaban parte de la misión.
La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) coordinó el retorno de las y los connacionales y propuso un protocolo de recepción privada por motivos de seguridad. El encuentro con familiares y representantes de organizaciones solidarias, según lo informado por La Jornada, se realizará en una sala del aeropuerto, con acceso restringido a dos familiares por cada activista. Posteriormente, el grupo será trasladado a un hangar oficial para evitar el tumulto de simpatizantes y medios de comunicación que aguardan en la terminal.
Aunque los familiares agradecieron la atención diplomática, expresaron extrañeza por el manejo discreto del arribo, ya que en otros países los delegados de la flotilla fueron recibidos con actos públicos y mensajes de apoyo.
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