La situación del programa nuclear iraní se vuelve cada vez más incierta tras los ataques israelíes y estadounidenses a instalaciones nucleares en Teherán. Estados Unidos ha perdido la pista de 409 kilogramos de uranio enriquecido, material clave para el desarrollo de armas nucleares. Tras los bombardeos del 13, 21 y 22 de junio, la ubicación de este material sigue siendo un misterio.

Este uranio, enriquecido al 60%, debía estar bajo el control del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA). Sin embargo, la capacidad del organismo para supervisar el programa se ha visto seriamente afectada. Las instalaciones nucleares, como Fordow, fueron bombardeadas, y ahora no se sabe si el material fue destruido o evacuado a un lugar desconocido.
Antes de los ataques, imágenes satelitales mostraron movimientos sospechosos de camiones en las cercanías de Fordow. Estos vehículos podrían haber sido utilizados para trasladar el uranio enriquecido. Algunos analistas creen que Irán tomó precauciones para proteger su material. En contraste, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, se mostró escéptico sobre la posibilidad de que el material haya sido evacuado.
A pesar de la confusión, el asesor del ayatolá Ali Jamenei, Ali Shamkhani, afirmó que las capacidades nucleares de Irán siguen intactas. Dijo que, aunque algunas instalaciones fueron destruidas, los conocimientos y materiales esenciales permanecen. La comunidad internacional enfrenta ahora el desafío de entender el estado real del programa nuclear iraní ante la falta de información clara.
La incertidumbre se apodera del escenario, y el tiempo se agota para determinar el futuro del uranio enriquecido en Irán. A medida que las tensiones aumentan, la búsqueda de respuestas se vuelve cada vez más urgente.

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