El Parlamento de Irán aprobó este sábado el cierre del estrecho de Ormuz, un vital paso comercial y económico. Esta decisión responde al reciente ataque de Estados Unidos contra las instalaciones nucleares del país. Sin embargo, la medida final dependerá del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, liderado por el ayatolá Alí Jamenei.

El general Esmaeil Kousari, miembro de la Comisión de Seguridad Nacional del Parlamento, comentó que la cámara ha llegado a la conclusión de que el cierre es necesario. Aun así, la autoridad para implementar esta acción recae en el Consejo Supremo de Seguridad Nacional.
Irán es un importante productor de petróleo, con una producción diaria de 3.3 millones de barriles. Actualmente, el país exporta alrededor de 1.7 millones de barriles diarios. Por lo tanto, cualquier escalada en el conflicto podría interrumpir el suministro de petróleo iraní.
Expertos en el sector, como Warren Patterson de ING Research, advirtieron que una escalada podría afectar el transporte marítimo en la región. Patterson afirmó que una interrupción significativa podría elevar los precios del petróleo a 120 dólares por barril. Además, si las interrupciones continúan, podríamos ver precios del Brent alcanzando nuevos máximos históricos, superando el récord de 150 dólares por barril de 2008.
La situación se vuelve cada vez más crítica y podría tener implicaciones serias en el mercado energético global.

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