La reciente polémica generada por la difusión de un anuncio de la Secretaría de Seguridad Nacional de los Estados Unidos en las principales cadenas de televisión mexicanas ha destapado un debate crucial sobre la soberanía mediática de nuestro país. El mensaje, cargado de un tono xenófobo y punitivo, fue transmitido a lo largo de varias semanas, particularmente durante los partidos de la Liga MX, lo que generó una inmediata reacción del gobierno mexicano. Frente a este escenario, la presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado su intención de enviar al Congreso una reforma que prohíba la difusión de propaganda extranjera en medios nacionales. Esta propuesta no solo responde a una controversia puntual, sino que se enmarca dentro de una discusión más profunda sobre la protección de los principios constitucionales que sustentan la democracia y la convivencia pacífica en México.
El anuncio de Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, ha sido ampliamente criticado por su contenido discriminatorio. En él, se advertía a los migrantes indocumentados sobre las consecuencias de ingresar ilegalmente a territorio estadounidense, con amenazas explícitas de persecución y deportación. Las imágenes utilizadas, que mostraban a migrantes, en su mayoría mexicanos, como criminales en fuga, son un claro ejemplo de cómo se pueden utilizar los medios para perpetuar estereotipos y estigmatizar a un grupo vulnerable. En este contexto, el gobierno mexicano, a través del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), ya ha solicitado a las televisoras que retiren el spot, argumentando que violaba los principios de no discriminación y dignidad humana, consagrados en la Constitución.
Ante este panorama, la presidenta Sheinbaum ha decidido enviar una reforma al Congreso para restablecer en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión el artículo que fue eliminado en 2014 durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, el cual prohibía la transmisión de propaganda política, ideológica o comercial de gobiernos extranjeros. Con esta reforma, Sheinbaum busca evitar que entidades de otros países puedan pagar para difundir contenido que promueva mensajes discriminatorios o que interfiera en los asuntos internos de México. La restitución de este artículo no solo representa un acto de defensa de la soberanía nacional, sino también una reafirmación de los valores de igualdad y respeto que deben prevalecer en cualquier sociedad democrática.
Es necesario recordar que el concepto de soberanía no solo abarca el control sobre el territorio, sino también sobre los flujos informativos que llegan a nuestra sociedad. Los medios de comunicación, como poderosas plataformas de influencia, deben asumir la responsabilidad de proteger a la población de contenido que pueda sembrar odio, miedo y división. En este sentido, la acción de Sheinbaum no solo se trata de restringir la difusión de propaganda extranjera, sino de asegurar que los medios de comunicación nacionales no se conviertan en canales de transmisión de ideologías ajenas que afecten la cohesión social y la seguridad nacional. La reforma, por tanto, también plantea una reflexión más amplia sobre la ética en los medios y su responsabilidad en la construcción de una sociedad justa.
La propuesta de Sheinbaum no es un acto aislado, sino una parte integral de un compromiso más grande por restablecer los principios de equidad y justicia que deben regir la relación entre los países, especialmente en lo que respecta a la difusión de información que afecta a la opinión pública. En este sentido, la medida se alinea con la necesidad de crear un marco legal que no solo prohíba la propagación de mensajes discriminatorios, sino que también fomente el respeto y la inclusión. La eliminación de la prohibición en 2014 dejó a México vulnerable ante la influencia extranjera a través de los medios de comunicación, y ahora, al restablecerla, el gobierno busca recuperar el control sobre los mensajes que se transmiten en territorio nacional.
La reforma propuesta por Sheinbaum podría ser un paso importante en la protección de los derechos humanos y la soberanía de México. Sin embargo, más allá de la reforma legislativa, la verdadera victoria será que los medios de comunicación asuman su responsabilidad de actuar como agentes de cambio social y no como meros canales para intereses externos. El gobierno mexicano tiene la oportunidad de liderar una defensa no solo contra la propaganda extranjera, sino también contra la discriminación y la xenofobia que amenaza con socavar el tejido social. Es momento de que, como país, pongamos en el centro de nuestras prioridades la dignidad humana, la justicia social y la integridad de nuestra identidad colectiva.
La reforma propuesta por la presidenta Sheinbaum es una respuesta necesaria y urgente a la propagación de mensajes xenófobos que, a través de los medios de comunicación, buscan dividir y criminalizar a millones de migrantes, especialmente mexicanos. Esta iniciativa no solo tiene un valor legislativo, sino también simbólico: es un acto de soberanía, de respeto a nuestra cultura y a nuestros ciudadanos, que reafirma el compromiso de México con la dignidad humana y con los principios fundamentales que definen nuestra nación. La lucha contra la discriminación comienza en casa, y el gobierno, a través de esta reforma, busca asegurar que México nunca sea utilizado como un vehículo para propagar discursos de odio.
- La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.

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