Los principios éticos que sostienen a esta Cuarta Transformación son nuestra brújula política en los momentos de vacilación o incertidumbre. Porque si el contexto social siempre está en movimiento, quienes militamos en las mejores causas del pueblo debemos anclarnos en nuestros referentes y en nuestra historia.
La máxima de nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador: Por el Bien de Todos Primero los Pobres, tiene que asumirse como principio programático de nuestras acciones para evitar que se termine vaciando de su sentido profundo si solo se asume como un slogan. Por eso, para el gobierno a cargo de la primera mujer Presidenta, es una convicción mantener y profundizar todos los programas sociales que AMLO creó desde los sentimientos del pueblo.
La gris oposición política que tenemos en México, así como sus brazos mediáticos, no se cansan de señalar que los programas de bienestar son clientelistas y usados para comprar lealtades políticas. Al cinismo para señalar lo que ellos mismos practicaban, el presidente AMLO solía responder de manera irónica diciendo que “el león piensa que todos son peludos, con todo respeto al león”.
Pero obviando el abierto desprecio que estas voces manifiestan por el pueblo, a quienes asumen que solo pueden ser objeto de manipulación o acarreo a cambio de dadivas; estas posturas maltrechas se terminan derrumbando frente a los resultados de agencias oficiales en materia de combate a la pobreza durante los pasados seis años; y no tiene cabida en la visión de política pública que está siendo plasmada en el nuevo Plan Nacional de Desarrollo 2025-2030.
Esta semana el mismo Banco Mundial, unos de los brazos que ejecutaron en forma de “ajustes estructurales” las imposiciones de la política neoliberal, ha presentado su informe de Pobreza y Equidad en México. luego de haber reconocido una disminución sostenida durante el pasado sexenio de 8.6 puntos porcentuales para la población en situación de pobreza.
Esta estadística se traduce en 9 millones 574 mil personas quienes, a pesar de la caída mundial de la economía por la pandemia, lograron superar la pobreza gracias a la acción combinada de la política de justicia laboral a partir de la mejora del salario mínimo y la eliminación del outsourcing, la inversión directa en planes de desarrollo regional y obras públicas, así como la consolidación de los programas de bienestar.
Las mismas instituciones fundadas por el régimen neoliberal para legitimar sus políticas de focalización como fue el Coneval, muy a su pesar, tuvieron que reconocer en 2023 que las estrategias de promover derechos sociales universales del gobierno de AMLO funcionaron para reducir la cantidad de personas en pobreza al menos en 5. 6 millones de mexicanos, algo inédito desde que ellos mismos impusieron estas mediciones durante el gobierno de Vicente Fox.
Pero no debemos caer en la trampa de las cifras, que tal como sucede esta semana con los datos de Banco Mundial, mismas que sirven a los mercenarios de la información para convertir los logros en “exigencias y advertencias” y que descalifican lo alcanzado. Porque cuando nosotros hablamos de pobreza no nos referimos a un indicador o una construcción abstracta, sino a los procesos históricos de acumulación a partir del despojo colonial, explotación de los trabajadores y privatización de la riqueza pública.
Consolidar una Republica Fraterna es una de las metas de la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo por medio de una política efectiva de redistribución de los recursos públicos y promoción de las actividades productivas que permitan que alcancemos la verdadera Prosperidad Compartida que toma a los más pobres como su fundamento, no como una cifra.
Quienes militamos en el Humanismo Mexicano no olvidamos las lecciones del entrañable maestro Enrique Dussel cuando se daba a la tarea de argumentar la profundidad histórica y filosófica de atender primero a los pobres. Porque no es lo mismo considerar a los pobres tan solo como una estadística, que considerar a los humildes y humillados, a los marginados, desprotegidos y olvidados como el fin mismo de la acción política. El pobre pasa a ser sujeto de su propia historia cuando se reconoce su dignidad inherente como ser humano y se asume como el protagonista de su propia liberación.
Hoy en México las mujeres y los hombres sencillos son el motor de la transformación, y a todos nos resuenan las palabras del poeta cuando a los más sencillos se dirigía para convencernos que: ganaremos nosotros.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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