Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del Cártel del Golfo y presuntamente colaborador del espurio Felipe Calderón durante su fallido lapso en el poder, se encuentra preso en el penal de máxima seguridad del Altiplano, en el Estado de México, donde elementos de la Fiscalía General de la República (FGR) ejecutaron una segunda orden de aprehensión en su contra, en esta ocasión para responder por 6 cargos de homicidio calificado.
Se tiene previsto que el narcotraficante comparezca ante un juez en las próximas horas. A Cárdenas Guillen se le señala en este caso, de ser el presunto responsable de la muerte de 6 personas en el año 2007, entre ellas dos mujeres.
El ex colaborador de Calderón enfrenta siete procesos penales federales, por su probable responsabilidad en la comisión de diversos delitos, entre los que se encuentran delincuencia organizada con la finalidad de cometer delitos contra la salud, delincuencia organizada con la finalidad de cometer operaciones con recursos de procedencia ilícita, delitos contra la salud, acopio, portación y posesión de armas de fuego, posesión de cartuchos, y cohecho.
Por estos delitos, se estima que Osiel “N” alcance una pena aproximada de hasta 730 años de prisión por las órdenes de aprehensión pendientes, más las penas que resulten por los procesos que serán reactivados”, dice un comunicado de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, difundido tras su extradición de EEUU a México.
Osiel
Osiel Cárdenas Guillen nació el 18 de mayo de 1957 en Matamoros, Tamaulipas. Se sabe que terminó la educación secundaría y no siguió estudiando. Es hermano Antonio Cárdenas Guillén. Los hermanos heredaron un negocio de su padre, Juan García Ábrego, que ya tenía cadenas de distribución en Houston, Atlanta, Nueva York, Los Ángeles, entre otras ciudades de EEUU.
Se dice que reclutaron a unos 31 antiguos soldados de las Fuerzas Especiales de México, a quienes convirtieron en agentes de seguridad por un salario tres veces mayor de lo que recibían en las fuerzas oficiales.
Todos eran francotiradores expertos y contaban con entrenamiento para manejar armas a las que sus rivales narcos no tenían acceso.
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