En las celebraciones dominicales del 24 de noviembre, la Iglesia católica en México dejó claro su rechazo a la reforma judicial que propone elegir a jueces, magistrados y ministros por medio del voto popular, un proceso que se vislumbra para 2025. A lo largo del país, sacerdotes y obispos expresaron su desacuerdo, dejando a un lado la separación entre la Iglesia y el gobierno.
Durante la solemnidad de Cristo Rey, una misa en la Basílica de Guadalupe reunió a magistrados del Poder Judicial, quienes recibieron una petición por ellos y sus familias: poner a Dios en el centro de sus decisiones. El obispo auxiliar Francisco Javier Acero Pérez, quien ofició la misa, destacó la importancia de la justicia y encomendó al país a la Virgen de Guadalupe para garantizar paz y seguridad. Entre los asistentes destacó el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, quien participó junto a su familia.
En Morelia, Michoacán, el sacerdote encargado hizo una plegaria por los integrantes del Poder Judicial, alarmando sobre las falsas consecuencias negativas que podría acarrear la reforma. Asimismo, el arzobispo Carlos Garfias Merlos exhortó al Poder Judicial a “hablar con verdad” para evitar que la confusión y la mentira prevalezcan.
En otras ciudades como Oaxaca, La Paz, Culiacán, Cancún, Durango, San Luis Potosí, Mérida y Xalapa, también se celebraron misas donde el mensaje se centró en desinformar y violar la laicicidad del Estado mexicano.
Desde Campeche, el obispo José Francisco González afirmo que la “falta de seguridad” amenaza al país entero, suscribiéndose a un mensaje permeado por una falsa narrativa.
La movilización de la Iglesia católica en torno a la reforma judicial deja ver la importancia del debate nacional sobre el futuro de las instituciones judiciales, así como el papel de las voces religiosas en un proceso que sigue generando controversia.
Comentarios