Ha pasado una semana desde que la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo se convirtiera en la ganadora virtual de la elección presidencial llevadas a cabo el pasado 2 de junio. Por otro lado, Claudia Edith Suárez Ojeda, encargada del Despacho de la Secretaria Ejecutiva del Instituto Nacional Electoral (INE), dio a conocer que luego de los cómputos digitales de la elección presidencial, la votación total cuantificado es de 60 millones 115 mil 184 votos, lo que equivale al 61.04% de la participación de la ciudadanía inscrita en la Lista Nominal de Electores. En la sesión extraordinaria del Consejo General también detalló que se contaron 116 mil 397 paquetes electorales, lo que representa al 68.16%, así como la sumatoria de los resultados consignados en las actas de escrutinio y cómputo de la elección de la Presidencia de México. En primer término, Suárez Ojeda precisó los votos por candidatura: Jorge Álvarez Maynez de Movimiento Ciudadano (MC) contó con un 10.4191%; Bertha Xóchitl Gálvez Ruiz de la coalición Fuerza y Corazón por México con un 27.9054%; y la coalición la Sigamos Haciendo Historia (Morena-Partido del Trabajo-Partido Verde Ecologista de México) con un porcentaje de 59.3577%.
Analistas y los políticos de derecha quedaron atónitos y muy furiosos ante esta estruendosa derrota que prefirieron aferrarse a la narrativa de una “elección de Estado” e insultar a la gente llamándoles “imbéciles” hasta “hijos de puta” que se dejaron manipular por los programas sociales de un líder carismático. Así, por ejemplo, la senadora Kenia López Rabadán resaltó “No nos hagamos, fue una elección de Estado, es un hecho que se usaron los programas sociales con fines electorales, es claro y público que López Obrador metió las manos en la elección”. Más aún, la analista Denisse Dresser en su participación en una mesa de Latinus sobre las elecciones presidenciales consideró las pasadas elecciones como una regresión política “Me entristece saber que la mayor parte de mis compatriotas volvieron a colocarse las cadenas que les quitamos en los 80 y los 90. Volvieron a votar para que hubiera un solo partido, una sola voluntad. En nombre de la justicia social, de la soberanía, de los pobres, por cualquier razón, pero políticamente es una regresión a un país que pensábamos superado” dijo la académica.
Sin duda, él logró más importante de estas elecciones no fue haber obtenido la presidencia, sino haber concretado el Plan con 35 millones 923 669 votos a favor de la Dra. Sheinbaum y un voto masivo para coalición la Sigamos Haciendo Historia en el Congreso de la Unión. De acuerdo con el conteo del INE, la coalición de la Cuarta Transformación tendrá mayoría calificada en la Cámara de Diputados, mientras que se calcula que en el Senado de la República le hace falta de uno a tres votos para alcanzarla, lo que hace viable reformar la Constitución. Por lo tanto, el precepto del pueblo es bastante claro, cambiar la carta magna en los términos en los que el presidente Andrés Manuel López Obrador planteó el pasado 5 de febrero. El presidente sostuvo el pasado 5 de febrero al conmemorar el 107 aniversario de la Constitución, de ser aprobadas las 20 reformas a la carta magna para profundizar el Estado de bienestar, modificar artículos impopulares y darle poder al Pueblo.
“Nada repugna más que el juez desvergonzado que vende la justicia y trafica con ella. De la recta aplicación de la ley en México, dependerá que no prosperen en nuestro suelo las doctrinas disolventes…Urge que haya defensores y no cómplices, que haya togados y no fantoches, que no se ultraje a la justicia haciendo la apología de los delitos; no se tuerza lamentablemente la ley para hacer resaltar la inocencia de un bandido” exclamó Ricardo Flores Magón al comenzar su labor periodística en el periódico opositor al régimen de Porfirio Díaz El Demócrata.
En el caso de la reforma al Poder Judicial, la Doctora Sheinabum se mostró abierta al diálogo con todos los sectores para discutirla y que se conozca, incluso reunirse con los trabajadores de ese poder. Esta reforma tiene por objetivo constituir una nueva integración del máximo tribunal para hacerla eficiente, austera y transparente; que establece la elección popular de ministros, magistrados y jueces mediante un proceso electoral similar para Presidente de la República y legisladores; sustitución del Consejo de la Judicatura Federal; y nuevas reglas procesales para que la justicia sea más expedita. A partir de esta posibilidad, ningún impartidor de justicia ganará más que el primer mandatario, a la vez los ministros o magistrados estarán sometidos a los intereses de los poderes fácticos a los que han defendido históricamente.
“Las coyunturas críticas en la vida pública del México independiente han dividido a su comunidad intelectual. Hoy el fenómeno se repite, pero al final el grueso de la sociedad mexicana ni se de por enterada de este choque de ideas (e intereses) entre ‘los poquitos’” fue lo que escribió el historiador Lorenzo Meyer en sus redes sociales. Podemos interpretar, que el proyecto de cambio de naturaleza de la estructura de poder, dividió a la sociedad entre los que respaldan este proyecto y los que defendían el status quo. Y, las urnas proporcionaron una radiografía de que cómo México está polarizado políticamente, por este choque de ideas e intereses.
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