La noche del pasado viernes 5 de abril, un acontecimiento impactó tanto a México como al resto del mundo. El gobierno de México rompió relaciones diplomáticas con Ecuador después que fuerzas policiacas irrumpieran en la embajada mexicana en Quito para aprender a Jorge Glas, vicepresidente entre 2013 y 2018 durante los mandatos de Rafael Correa y Lenín Moreno, quien se encontraba refugiado en la embajada desde diciembre del 2023. Roberto Canseco, quien fuera jefe de Cancillería de la Misión en Ecuador, denunció ante la prensa que fue sometido por la policía al tratar de impedir el acceso a la embajada, “como delincuentes allanaron la embajada de México en Ecuador, esto no es posible no puede ser, es una locura. Entiendo que sí, estoy muy preocupado porque pueden matarlo; no hay ningún fundamento para hacer esto, no, esto es totalmente fuera de toda norma”. Por tanto, Glas fue trasladado al Centro de Privación de Libertad (CPL) Guayas N° 3, más conocido como la cárcel de La Roca, la prisión de máxima seguridad de Guayaquil, que alberga a algunos de los criminales más notorios del país.
La incursión policiaca a la embajada mexicana fue la culminación de una larga serie de tensiones entre ambos países. El presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió el riesgo de allanamiento a la sede diplomática para aprender al ex vicepresidente ecuatoriano, dado el cerco policiaco instalado por el gobierno de Daniel Noboa Azín tras la expulsión de la embajadora mexicana en Quito, Raquel Serur Smeke, académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y viuda del filósofo Bolívar Echeverría. Tras la irrupción, el presidente López Obrador declaró la suspensión de relaciones diplomáticas con Quito.
El titular del Ejecutivo afirmó que se trató de “una violación flagrante al derecho internacional y a la soberanía de México”. Por ello instruyó a la canciller Alicia Bárcena a emitir un comunicado sobre el “hecho autoritario” para proceder de manera legal a la suspensión de relaciones diplomáticas con el gobierno ecuatoriano. Mandatarios y gobiernos latinoamericanos condenaron la violación de la soberanía mexicana tras el asalto ejecutado. “Se ha roto la convención de Viena y la soberanía de México en Ecuador”, expresó Gustavo Petro, presidente de Colombia. “Vuelvo a insistir que América Latina y el Caribe, cualquiera que sean las construcciones sociales y políticas en cada país, debe mantener vivos los preceptos del derecho internacional en medio de la barbarie que avanza en el mundo y el pacto democrático dentro del continente. Colombia respeta el derecho universal al asilo político. Toda mi solidaridad al personal diplomático de México en Quito”. Xiomara Castro, la presidenta de Honduras, manifestó que “el asalto a la embajada de México por parte del gobierno de Ecuador, con el objetivo de secuestrar al ex vicepresidente J. Glass, constituye un acto intolerable para la comunidad internacional, dado que ignora el histórico y fundamental derecho al asilo”. “Repudiamos enérgicamente esta violación a la soberanía del Estado mexicano y al derecho internacional. Nos solidarizamos con el pueblo mexicano y su presidente”, dijo Castro en sus redes sociales.
Por otro lado, el Departamento de Estado estadounidense condenó la irrupción policiaca en la embajada mexicana, “Estados Unidos condena cualquier violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas y toma muy enserio la obligación de los países anfitriones según el derecho internacional de respetar la individualidad de respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas. México y Ecuador son socios cruciales de Estados Unidos y valoramos mucho nuestras relaciones con ambos países. Alentamos a los dos países a resolver sus diferencias de acuerdo con las normas internacionales. Así como hubo reacciones de solidaridad hacia México, hubo reacciones por parte de la derecha mexicana y de los medios de comunicación, en el que responsabilizaban a López Obrador de albergar a “un criminal acusado de recibir sobornos de Odebrecht”.
¿Existe un precedente en el que fuerzas policiacas asalten una embajada? Y ¿Jorge Glas representa un peligro para la sociedad ecuatoriana? A diferencia de muchos analistas internacionales que afirman desconocer algún precedente similar la irrupción en Quito, la periodista de la Jornada Blanche Petrich señala el cruel ataque cometido por las fuerzas armadas a la embajada española en Guatemala el 31 de agosto de 1980, donde 37 indígenas mayas fueron quemadas vivas que había asaltada por un grupo de campesinos que exigían el cese de las graves violaciones de los derechos humanos que sufría la población maya en las zonas rurales guatemaltecas. Todavía cabe señalar, el bombardeo del consulado de Irán en Damasco en el que perdieron la vida más de once personas, incluido el general de brigada Mohamed Reza Zahedi, uno de los comandantes de más alto rango de la Guardia Revolucionaria.
El principio organizador de la sociedad estadounidense se basa en la guerra, la autoridad del Estado por encima del pueblo, se basa en los poderes bélicos. Existen intereses por parte de la General Laura Richardson, Comandante del Comando Sur de Estados Unidos en América Latina, dado que Argentina y Ecuador están alineados a sus intereses en una competencia económica y militar con China. Ella aseguró que su país tiene “un plan de cinco años” en materia de seguridad para Ecuador, para contrarrestar la actividad criminal e identificar a más de 22 pandillas como organizaciones terroristas. Se donó casi un millón de dólares en materia de cooperación entre el Comando Sur estadounidense y el ejército ecuatoriano, en el incluye la transferencia de equipo militares, asistencia humanitaria y respuesta a desastres, instrucción militar, capacitación cibernética e intercambio de fuerzas especiales. Por otro lado, Argentina anunció el establecimiento de una base naval en la Patagonia, a pocas millas marítimas de una base naval británica en una isla del archipiélago de Las Malvinas, como parte de un plan de integración al mundo occidental en caso de una invasión de buques de otros países.
Las incursiones de las fuerzas armadas a las sedes diplomáticas pueden formar parte de una nueva estrategia estadounidense para no perder su hegemonía como potencia líder en el mundo, lo que llevaría a una ruptura del orden diplomático y las embajadas dejarían de garantizar protección alguna. No obstante, las consecuencias de esta incursión tendrán una fuerte repercusión para el país andino, tanto político como económico. Ecuador podría ser apartado de ciertas votaciones en organismos multilaterales y de la Alianza del Pacífico, en el que pudo tener acceso al mercado asiático. En cuanto a México, acudirá a la Corte Internacional de Justicia para denunciar la violación a la Convención de Viena de 1961, algo que ni los peores dictadores como Augusto Pinochet o Anastasio Somoza se atrevieron a hacer en su momento.
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