Algo tiene Veracruz que expulsa a los priistas de su partido. Con un candidato que no llega al 20 por ciento de la intención del voto para la gubernatura, ni reúne 20 personas en sus eventos, prefiere rescatar grupos rechazados de partidos como Antorcha Campesina, grupo repudiado por sus corruptelas y su violencia contra la población.
Ahora el ingenuo de Pepe Yunes los recibe con los brazos abiertos ante la falta de otros apoyos, incluyendo el del PAN nacional, cuya dirigencia no se ha asomado a Veracruz a levantarle la mano como lo ha hecho con otros candidatos.
Sin representación legislativa en la entidad, con un rechazo total a todo lo que huela a PRI, con contrincante del partido más fuerte que nunca en la historia de la entidad el priísmo agoniza en ese estado, como un aviso de la desaparición total.
Pero las desbandadas en el PRI de Veracruz a pesar del inexplicable optimismo de imberbe Yunes continúan, se cierran oficinas en algunos municipios que anteriormente se veían repletas de gente y ahora no asisten ni a trabajar, principalmente en la zona de la Huasteca.
La mayoría de las deserciones son silenciosas, pero constantes. Las de algunos personajes son mediáticas y dañan sólo la imagen, mientras las masivas afectan la estructura que en Veracruz parecía sólida, ya no lo es.
En estos días hubo una sensible baja en el PRI veracruzano, un mito en el priismo de la entidad, Eduardo Andrade, quien se afilió al PRI siendo adolescente ya no quiere saber anda del partido en el militó por muchos años. El político afirmó “Fue penoso ver a Pepe Yunes levantarle la mano a Xóchitl Gálvez”.
Eduardo Andrade fue diputado del Congreso de la Unión, senador, y presidente del Congreso de Veracruz entre 2010 y 2013, quien comenta que nada tiene que hacer la alianza opositora en Veracruz, anuncia una derrota sin precedente en ese estado.
Anteriormente el llamado Grupo Veracruz, se llevó consigo a todos los legisladores locales a Morena, encabezados por Anilú Ingram Vallines, esta desbanda suman más de mil priístas en camino a engrosar las filas de Morena.
Andrade subraya que, aunque en el pasado ha tenido diferencias con el partido sobre procedimientos internos, las actuales discrepancias son de fondo y lo llevan a tomar la decisión de renunciar.
El PRI sin candidato está pronosticado como un segundo lugar en las elecciones estatales, con una muy amplia diferencia en el número de votos respecto al primer lugar. Al llegar Pepe Yunes, esa diferencia crece. Con la misma línea de los candidatos de cuestionar todos y cada uno de los discursos del partido en el poder y descalificar sus obras, no esconde su falta de proyecto.
Hasta para absorber el descontento son incapaces los priistas no sólo en Veracruz sino en el resto del país, La derrota de cualquier partido que compita con Rocío Nahle está pronosticada con precisión. Anteriormente Veracruz era un bastión priista, a grado tal que fue el lugar donde primero se mostraron los excesos de un autoritarismo represivo que laceró no sólo la vida de sus habitantes sino las simpatías hacia ese partido, que ahora se desmorona en las manos de sus dirigentes y candidatos.
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